El festival Santiago a Mil en su versión 2010, tiene dos cupos para que participen obras de danza. Para ello convocaron a 3 destacados personajes de la disciplina, para que fueran a ver las obras en cartelera durante el año. El jurado lo componían Carola Cifras, Lorena Hurtado y Paulina Mellado.
En las obras: Medir la Distancia sólo una de las tres jurados fue a ver la obra para decidir su participación. Asunto que desgraciadamente produce poca transparencia y desconfianza.
Según mi punto de vista, la idea de que existiera más de un jurado permite – por un lado – abarcar la oferta de obras que actualmente existen en esta ciudad, pero además permite la discusión para decidir – con diversidad de opinión – las obras que deben participar, pues sólo dos cupos habla de una selección estrecha que debe ser pública para ser comprendida.
Además, es necesario saber los criterios de selección y las razones por las cuales se seleccionaron las obras.
Creo también que si era imposible la asistencia a las obras por motivos de fuerza mayor por parte de algún jurado, siempre es posible solicitar un video a las compañías, por respeto al trabajo realizado.
Al respecto reflexiono sobre cómo nos hacemos trampa en nuestro gremio y no nos ayudamos a que las obras que tendrán el privilegio de estar en Santiago a Mil sean seleccionadas con toda transparencia. Afortunadamente la elección hecha fue diversa (Magnificar de la dupla Vicuña - Cáceres y La Carcelaria del colectivo ZANDA) sin embargo, el proceso de selección empaña el mérito que sin duda ambas tienen.